sábado, 16 de junio de 2018

sábado, 28 de abril de 2018

Sierra

Cubriendo blanco pasto la retina
dirigí el sendero donde habita
la mole cuya forma de elefante
llora escarcha pura y cristalina.
Heríanle alfiler y estalactita
y un millar de copos por la placa
de vidrio se deslizan.
Luz chispeante
que lluvia difumina
se quedaba en la pestaña que la opaca
y la matiza.
Así entre blancos derroteros,
el destello y movimiento
del prismático elemento;
un sonido que en ocasiones es silente
y en otras acumula abrevaderos
como cuenco del agua transparente.
Cuando la vista los pinos concedieron
surgió pardo escollo deshielado
impacienta el sentido en el alud
del torrente de agua fría
cuando alivia la parte del quemado 
acero, y algunos arcoíris encendidos
rompieron con sus corchos la quietud
que la mente suspendía.
Estando al pie de la cascada
se quedaba el torrente en el cenote,
del éxodo en la pared se deslíe
un pensamiento, 
-cuando brote
el viento
la esmeralda en bocanada
secarán el sudor que ya se fríe-.