lunes, 7 de febrero de 2011

¡Abducción!


El proyecto se nombró: Proyecto Libro Azul. Fue hasta 1961 que Betty Hill y su pareja Barney experimentaron lo que se conocería después como abducción o rapto por extraterrestres… Íbamos por la ruta tres. Regresábamos a casa. Mi marido divisó una estrella muy definida como una perla, blanca en el horizonte. Seguimos un poco y el automóvil se apagó. Sin luces, en medio de la carretera, rodeados de pinos, yo… estaba muy preocupada, realmente asustada. Y… después, ocurrió. Una luz inmensa, brillantísima, golpeó el automóvil. Caímos, supongo, en una especie de trance, lo sentidos simplemente fueron desvaneciéndose. Y…poco antes de perder la conciencia por completo alcancé a  ver a dos seres. Tenían grandes ojos y grandes cabezas, su mirada era vacía, sin ninguna expresión. Se acercaron a la portezuela. Vi también a mi marido, él ya estaba desmayadoparecía que estaba muerto. Sentí que moría del miedo…Fue una gran historia, pero cómo comprobar, si acaso fueron…trados, y de otros planetas. La imagen típica del alienígena…y todos así fueron,…por supuesto: la mercadotecnia. Los datos por los Hill  son muyeaorados, ¿Cómo sabían que...ía tal sistema? Zeta Reticuli existe ¿De dónde provienen? –Les preguntó Betty-…Del sisdemafetareiculi. El MApa estelar correspondía, según la astronomía Marjorie Fish, que lo estudió con  cinumiodisad. –AHORA las personas que habían pasado por una Experiencia sobrenural oercraña, duAnte el sueño, mientras o habíanexb erientado una sensación de PErdida de tiempo, consideraban la posibilidad…sido secuestradas por Ovnis, Y en ocasiones recreaban iorias lAs elaboradas... Y el suelo no podía estar más elaborado, no podía ser que Marjorish corroborará la perla brillante. Salí de la casa, tomé el mapa estelar y sin embargo el caso Betty y Barney Hill sigue siendo un misterio. El miedo de haber sido abducidos por seres extraterrestres. La podía ver en aquel paraje desolado, frío, y en medio de la calle, empecé a llorar. Mis padres no estaban, ¡No había nadie! Betty Hill llegó desconsolada a casa con un vestido puesto al revés toma de una abducción genuina dicen los hipnotistas y ufólogos expertos. ¡Desalmados!, seguía llorando mientras aquellos debían estar abusando sexualmente de sus hijas casos en que dicen haber sido sometidos sexualmente por los alienígenas. Podíamos ver la estrella que se acercaba cada vez más, los pinos nos protegían pero sabía que no era suficiente. Desesperado, decidí regresar a casa, era más seguro. Irnos era imposible, el automóvil no encendía. Abrí la portezuela y Betty entró en la sala. Le rogaba porque no dejara que sus sentidos se fueran. 
–¡No te duermas Betty!- le grité. 
–No puedo Barney, me están llamando, sólo quiero llorar.
-¡Puta madre!La mercadotecnia no nos servirá de nada.- Los extraterrestres experimentan contigo…Gente que asegura tener implantes metálicos en el cuerpo estamos solos no hay luz en la casa están por llegar.
– ¿Escuchas Betty? No hagas ningún ruido.
-Te voy a matar culero de mierda. 
-¡Cuidado Barney, atrás de ti!-. Dijo la voz desconsolada de Betty.
Vi una figura negra que emergía de la barra de la cocina. Era pequeño, orondo y calvo, apenas se le veían unos anteojos. Entré en pánico cuando le vi armado. Lo primero es conservar la calma, no intente enfrentarse al intruso, es posible que esté armado. Regrese, encierrese en una habitación e intente llamar a la policia.
-¿Quién es usted? ¿Cómo entró en la casa?- Pregunté mientras lloraba desesperadamente.
–Los extraterrestres no existen pendejo- respondió con maldad, como si fuese un demonio.
-¡No me mate, se lo suplico! ¡Por favor! El mapa estelar está en mi poder. Se lo puedo entregar. ¿Pues dónde chingados están mis papás? ¿Usted los asesinó verdad? Usted es una bazofia, pendejo de mierda, ¡Imbécil!, Su programa de televisión es una mierda, ni siquiera cree en los extraterrestres.- Alzó la mano para dispararme cuando toda la casa empezó a temblar. Apriete fuertemente el pecho de la persona herida e intente darle respiración de boca en sexo, Sexo. Quité todas las lágrimas de mi rostro y vi cómo aquel hombre salía de la casa, huyendo mientras arrojaba la pistola. Betty no se movía de aquel sillón y yo sentía la presencia de los alienígenas atrás de mí. Llegaban desde la oscuridad de aquel pasillo a mis espaldas. Me acerqué a Betty, se le notaba todo tras el vestido desgarrado, puesto al revés. Mejor recogí la pistola y le dije que era  preferible morir. Cuando sentí a los extraterrestres muy cerca, me llevé la pistola a la sien y…-----------------------------------------------------
Un sonido monótono y continuo, enajenante, persistía en la habitación. La nave espacial tenía  por lo menos siete colores. No había señal, ni del hombre dormido, ni de la televisión. 

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